Una vez en el autobús de vuelta a casa, empezamos a hablar de las diferentes singularidades de los mensajes de los contestadores. Una amiga me dijo uno que nunca lo olvidaré. Se podría resumir en la situación siguiente:
José llama a su amiga Irene:
- "Hola", contesta el otro lado del terminal
- "Hola Irene, qué tal estas, ...."
- "Por favor, puedes hablar más alto, que no te oigo bien"
- "Sí, te decía que ..."
- "Puedes hablar más alto aún, es que no te oigo nada"
- "Vale", contesta José un poco mosqueado, "te contaba que ..."
- "Por favor", se oye a través del auricular de José, "Puedes subir un poco más el tono, parece que hay un problema con el teléfono"
- "Bueno, vale, ... ", responde José mientras habla casi a gritos
- "Venga, tonto. Que esto es el contestador automático, que no estoy en casa, jeje. Dejad el mensaje después del señal, Piiiiiiiiiiiiiiiii"
Pues el siguiente es más gracioso aún. (Gracias a Alejandro por la aportación)
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